Sr. Julio Andrés Linares Regalado |
Las corridas de toros se inician en Chota cuando, acatando una disposición del cabildo de Lima, se elige la fecha del 24 de Junio, día de San Juan el Bautista para celebrar al santo patrón y el festejo para dicha celebración era, precisamente, la realización de una tarde taurina cuya organización estaba bajo la responsabilidad de la autoridad edilicia de la ciudad, la que, a su vez designaba a un grupo de personas o Comité para su ejecución; estas personas recibían la denominación de PROCURADORES.
A través de la historia de la “fiesta de Cúchares en Chota” muchas han sido las personas que han ejercido la función de procuradores, entre los que podemos recordar, a partir de 1880, al Coronel don Domingo Lacerna, los hermanos Bernardino Guerrero y Trinidad Bernal, don Manuel Jesús Guerrero, don Avelino Vergara, el Dr. Montoya Villacorta, el RP. Emiliano Domínguez, don Antenor Tantaleán, don Julio Linares, el Dr. José Soto Cadenillas y otros personajes que se ubican en el grupo de los procuradores ancestrales.
De todos ellos, con méritos propios, sobresale la figura de don JULIO LINARES REGALADO cuya incorporación al Comité se produce en la época primigenia de la fiesta brava en Chota, época en que se lidiaban toros salvajes o cuneros y los diestros eran aficionados que lidiaban sólo por la carne de la res muerta y las naranjas que el público arrojaba a la “arena”. El mismo Don Julio nos narra en su poema “Camino de la Afición” como se hizo Procurador cuando nos dice:
“Eran tiempos de Llaucanos,
de Lázaro y
Vizcaíno,
de Brazo
Fuerte y Pazmiño,
de Ruperto
Llamoctanta,
de gente que
toca y canta,
de buena
chicha y buen vino.
Un buen día,
sin pensarlo
me levanté
con buen pié
y sin saber
cómo fue,
ni qué santo
hizo el milagro,
me puse mi
saco largo
y me integré
al Comité.
Como el nombre lo indica, los procuradores eran las personas que con su actividad de recaudación de fondos, preparación del coso, contrato de fuegos artificiales, bandas, toreros, compra de toros, elaboración del programa, etc, “procuraban” que la fiesta se realice; sin embargo, dentro de esas actividades, la de mayor responsabilidad era la consecución de los toros, actividad en la que se responsabilizó, desde su ingreso al Comité, don Julio Linares.
La responsabilidad consistía en trasladarse al lugar en donde se comprarían los toros, escogerlos y trasladarlos a Chota.
En sus primeros años, esto es, a partir de 1913, don Julio concurría a las haciendas de Chala, Quilcate, Maichil, Santa Clara, etc. en las cuales para lograr completar el encierro se practicaba la “taurokatapsía”; es decir, se tenían que cazar los bichos en el monte lazándolos con sogas y vetas para trasladarlos luego a los corrales de la hacienda, de donde se los conducía a Chota en “arrea” y en muchos casos en “parihuela”. A partir de 1954 cuando se inicia la adquisición de toros en las haciendas ganaderas, seguimos viendo la presencia de don Julio en Salamanca, La Viña, Yéncala, Chuquizongo, la Pauca, etc, hasta 1978 en que se retira de las lides taurófilas con 83 años a cuestas.
Aparte de esta actividad, don Julio, tiene participación decisiva en la fiesta brava de Chota en dos ocasiones relevantes:
Sr. Julio Linares (derecha) junto al torero Paco Céspedes y el Sr. Jaime Villanueva Díaz. (Archivo: José Villanueva Díaz) |
La primera, cuando siendo regidor en la Municipalidad, elegido en la lista de
Acción Popular, presenta un proyecto de Ordenanza Municipal para la
expropiación de la “Quinta Rubio” con fines de construcción del coso taurino,
iniciativa que con aprobación unánime de la comuna presidida por el entonces
Alcalde Dr. Julio Vásquez Acuña, se convierte en Ordenanza, se consignan los
fondos en el Banco de la Nación y se tiene el terreno en donde hoy se eleva
majestuoso el coso taurino “El Vizcaíno” de Chota para orgullo y solaz de la
afición.
El segundo momento decisivo de la intervención del Sr. Linares se produce cuando, luego de la construcción del foso y del anillo, realizados en la gestión de la comuna presidida por don Mario Mestanza Villacorta, esta culmina su mandato, el país es gobernado por la Junta Militar de Gobierno de la Fuerza Armada y la obra se paraliza durante dos años. En el tercer año, don Julio solicita, al entonces Alcalde Mayor Dagoberto Díaz Gonzales, la Presidencia del Comité que lo conforma con distinguidos aficionados vecinos del “Barrio Cabracancha”, los que, al culminar la fiesta, continúan su labor constituyéndose como “Comité Pro Coso taurino” y reinician los trabajos, recibiendo apoyo y ayuda de la población (donaciones de material o dinero); del Dr. Fausto Fernández Torres (donación de 100 bolsas de cemento) y la dirección técnica del Ing. Eduardo Linares Núñez, logrando construir el muro de contención, el anillo de barrera, el anillo de contrabarrera y el primer anillo de tendidos, los cuales sirven de base para que los sucesivos alcaldes continuaran la obra hasta su estado actual, en el cual, para completar su solera, aún faltan la enfermería, la capilla, el patio de caballos y el desolladero.
Gracias don Julio,
¡Va por Usted, coño!
Fuente:
"Aspectos sociológicos y costumbristas de Chota”, CARVAJAL ATENCIO, Marco Abel.
“El Arte de Cúchares en Chota” . CARVAJAL ATENCIO, Marco Abel.
“El Arte de Cúchares en Chota” . CARVAJAL ATENCIO, Marco Abel.